Una crisis epiléptica es la manifestación de síntomas clínicos secundarios a una actividad cerebral transitoria anormalmente excesiva o sincrónica llamada descarga. Hay dos tipos principales de crisis epilépticas: crisis generalizadas y crisis parciales. Una crisis generalizada ocurre cuando todo el cerebro está afectado por descargas desde el principio.
Si las descargas se inician en un área circunscrita del cerebro, se habla de una crisis parcial. Los especialistas pueden diferenciar los tipos de crisis según los síntomas clínicos y los hallazgos en el electroencefalograma. En los siguientes parágrafos explicaremos las características clínicas de los tipos de crisis más importantes:
Crisis generalizadas tónico-clónicas:
Las crisis generalizadas tónico-clónicas son una de las formas más dramáticas de crisis epilépticas. Este tipo de crisis habitualmente tiene dos fases, aunque en ocasiones puede tener más: En la primera fase (fase tónica) la persona pierde la conciencia y presenta una rigidez en todo el cuerpo. En la segunda fase (fase clónica) la persona presenta fuertes contracciones en la cara, brazos, piernas y tronco. Crisis generalizadas tónico-clónicas normalmente duran de uno a tres minutos. Después de la crisis las personas progresivamente recuperan la conciencia. Frecuentemente se sientan agotadas y cansadas.
Crisis de ausencias:
Las ausencias se caracterizan por una breve desconexión del medio, durante la cual la persona se detiene en su actividad, mira fijamente, posiblemente mira hacia arriba y/o parpadea. Las ausencias tienen un inicio y final muy abrupto. Normalmente duran sólo unos segundos. Muy a menudo, estas crisis pueden ocurrir en serie, a veces cien o más veces al día. Las personas están inconscientes mientras dura una ausencia, pero a veces pueden continuar haciendo cosas automáticas (por ejemplo, andar en bicicleta, correr).
Crisis mioclónicas:
Las mioclonías se caracterizan por sacudidas breves, aisladas y repentinas en los brazos, otras partes del cuerpo o todo el cuerpo. Las mioclonías duran pocos segundos, pero pueden ocurrir en serie igual que las ausencias. Al contrario de las ausencias, las personas no pierden la conciencia durante las mioclonías, pero una sacudida brusca en los brazos puede causar que la persona tire los objetos que tiene en la mano en este momento. Si las mioclonías afectan a todo el cuerpo la persona se puede caer.
Crisis parciales simples:
Cuando las descargas se limitan a un área circunscrita del cerebro y la conciencia se conserva por completo, se habla de crisis parciales simples. La clínica de las crisis depende mucho de la región cerebral que afecta. Hay cinco formas principales de crisis parciales simples: crisis parciales simples motoras, sensitivas, sensoriales, vegetativas y psíquicas. Las crisis parciales motoras tienen su origen en la corteza cerebral motora del lóbulo frontal, por ejemplo, en forma de contracciones de grupos musculares. Las crisis parciales sensibles tienen su origen en la corteza cerebral sensible del lóbulo parietal, por ejemplo, en forma de trastornos sensoriales como hormigueo o entumecimiento de partes del cuerpo. Las crisis parciales sensoriales pueden afectar todos los sentidos y provocar problemas de visión, audición, olfato, gusto o equilibrio. Las crisis parciales vegetativas afectan al sistema nervioso autónomo, por ejemplo, en forma de aumento de la sensación de náuseas, cambios en los latidos del corazón o la piel de gallina. Las crisis parciales psíquicas generalmente se originan en el lóbulo temporal y muestran síntomas como una sensación de miedo, trastornos del pensamiento o déjà-vu. Durante las crisis parciales simples las personas son conscientes de los síntomas, pero no pueden evitar que pasen las crisis. Por lo general, las crisis parciales simples duran menos de un minuto.
Crisis parciales complejas:
Cuando las descargas se limitan a un área circunscrita del cerebro, pero también afecta la conciencia o atención de la persona, se habla de crisis parciales complejas. La clínica de las crisis depende mucho de la región cerebral que afecta. A veces las crisis parciales complejas empiezan con una crisis parcial simple que en este caso se denomina aura y posteriormente se altera la conciencia. Las personas están como en un trance con la mirada perdida o fija. Normalmente no pueden responder correctamente a estímulos exteriores, por ejemplo, no pueden contestar ni cumplir órdenes. En las crisis parciales las personas frecuentemente presentan movimientos y comportamientos automáticos, denominados automatismos. Estos automatismos pueden afectar partes del cuerpo como la cara o los brazos (parpadear, chasquear, lamerse los labios, masticar, tragar y frotar con las manos sobre la ropa o los muslos, etc.), pero también pueden causar movimientos o comportamientos más complejos como bailar, escupir o patalear. Habitualmente duran pocos minutos. Las personas normalmente no recuerdan los hechos durante las crisis parciales complejas.
Crisis parciales secundariamente generalizadas:
Cuando las descargas se inician en un área circunscrita del cerebro y luego se extienden a todo el cerebro, se habla de una crisis parcial secundariamente generalizada. Estas crisis empiezan como una crisis parcial simple o compleja y después evolucionan de una forma similar a una crisis generalizada tónico-clónica.
El estatus epiléptico es un caso especial en el que una crisis dura más de lo habitual o se trata de varias crisis seguidas sin que la persona se recupera entre ellas (por definición en el caso de las crisis tónico clónicas o secundariamente generalizadas son más de 5 minutos y en el resto de crisis son más de 10 minutos). El estatus epiléptico de una crisis generalizada tónico-clónica o secundariamente generalizada se llama estatus convulsivo. Es una emergencia que pone en peligro la vida y debe tratarse de manera sistemática de inmediato, pero las otras fórmas de estatus también requieren un diagnóstico rápido y una acción apropiada inmediata.
Autor: Dr. Kevin Hampel, Epileptólogo, Unidad de Epilepsia del Hospital La Fe de València